Día 2: La vida es bella

sábado, 17 de septiembre de 2016

Segundo día del festival y no podía comenzar de mejor manera. Tras un merecido descanso en mi suite Donostiarra y un desayuno Europeo en una de las cien mil cafeterías del centro de Donosti, me dirijo a ver El hombre de las mil caras en su estreno en la sección oficial.

La película de Alberto Rodríguez es trepidante. La música, el ritmo y una historia de espías lo suficientemente increíble hacen de la cinta, un disfrute constante. Además no se reprime a la hora de mostrarnos todo tipo de personajes canallas, mentirosos y por qué no decirlo, en muchos casos, idiotas. El propio Roldán aparece en muchos casos como una marioneta en manos de Paesa y que no ha llegado a donde está por su inteligencia.

El guion, basado en el libro Paesa , el espía de las mil caras, nos va destramando poco a poco los más de 300 días en que permaneció huido Roldan de la justicia española. Retratando bastante bien a la clase política del país.

Por ahora, lo mejor que he visto en sección oficial del festival de largo.

Tras esta agradable sorpresa, tocaba quedarse en el mismo escenario para ver otra de las perlas seleccionadas este año: Little Men. A esta película iba totalmente a ciegas ya que no conocía ninguno de los trabajos anteriores de Ira Sachs. Me parece que tendré que echar un vistazo a su filmografía porque su última película merece la pena.

Puede que me lluevan palos por esto que voy a decir, pero la cinta me ha recordado en muchos aspectos al cine de Farhadi. Evidentemente salvando toda la distancia física y cultural que los separa. Ese cine de conflictos humanos pequeños y universales a la vez, que te acerca a los protagonistas y sus decisiones.

Podría contaros un poco la historia pero creo que es mejor que no entre en detalles, porque a fin de cuentas, no iba a poder reflejar lo que trasmite al ser una historia tan cotidiana y normal.
Y ahora toca buscar un hueco para comer, ir a la rueda de prensa de Neruda y a la tarde volver al sitio que me corresponde en este festival, las salas de cine.

Continuará…

Tras un breve acopio de fuerzas en un local de comida rápida Donostiarra (bar de pintxos de lo viejo), tocaba ir al Kursaal a cubrir la rueda de prensa de Neruda. Ya escribiré en otra ocasión sobre las ruedas de prensa y los entresijos del festival.

Mi siguiente cita de cine era la islandesa Eidurinn (The Oath) de Baltasar Kormákur, director de Everest, entre otras. Tengo que reconocer que tenía bastante curiosidad con esta película. El thriller nos presenta a un padre protector con una hija que acaba enamorada de un narco local. No contaré mucho más sobre la trama pero podéis imaginar un poco por dónde van los tiros porque la historia no es muy original.

El guion tiene alguna laguna y las interpretaciones tampoco destacan mucho, pero el ritmo es bastante bueno y hay algún plano espectacular.

Para terminar la jornada y haciendo gala de un masoquismo cinéfilo, mi siguiente cinta era Toni Erdmann. Entiéndase lo del masoquismo por los 160 minutos de metraje. Es una película difícil de clasificar por ser poco convencional. 

Maren Ade construye unos protagonistas antagónicos condenados a entenderse al ser padre e hija. El personaje de Toni podría estar en cualquier TOP de personajes peculiares del cine. Así que me limitaré a decir que lo mejor es que lo descubráis por vosotros mismos.

Una pena que el ritmo de la película decaiga sobre la mitad de la misma porque de lo contrario, podría haber sido una película bastante redonda. Media hora menos de metraje no le habría venido mal.

Resumen para vagos del Día 2

El hombre de las mil caras: Recomendable
Little Men: Recomendable
The Oath: Entretenida
Toni Erdmann: Recomendable





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